El precio en el mix inclusivo:
Un producto o servicio no debería tener un plus de precio para que su uso y disfrute pueda ser universal. Precisamente, de lo que se trata con el Marketing Inclusivo es generar igualdad de oportunidades, y no situaciones de discriminación aunque ésta sea indirecta.
Algunas tendencias relativas al precio son:
• La estrategia de diseñar desde un principio pensando en todos da como resultado un producto estándar con un coste estándar. Por ejemplo, cualquier Iphone puede ser usado por personas sin visión o con baja visión sin que tengan que pagar un plus por la adaptación de su terminal gracias a que el dispositivo de Apple incorpora de serie VoiceOver, una aplicación lectora de pantalla.
• Ahora bien, en el caso de los teléfonos móviles, lo realmente inclusivo sería que no sólo los terminales de alta gama fueran accesibles de serie, sino que lo fueran también los de gama media o baja.
• Hay servicios que para que sean realmente universales las personas con diversidad funcional necesitan ayuda, y ello supone que por el mismo precio puedan participar en el servicio el cliente y su acompañante. Por ejemplo, las estaciones de esquí del Grupo Aramón ofrecen forfaits al 50% para la persona con discapacidad y para su acompañante, de modo que al primero no le cueste más dinero que a otra persona la práctica del mismo deporte.
• Otra tendencia en precio inclusivo es rebajar el precio del servicio central ya que los costes colaterales al servicio suelen ser mayores para el cliente con discapacidad. Por ejemplo, las sillas de esquí para personas usuarias de silla de ruedas son muy superiores al coste de un equipo convencional de esquí, que incluso puede alquilarse por poco dinero. Es por ello que las estaciones ofrecen descuentos del 50% en los abonos de pista a las personas con discapacidad.
El producto o el servicio en el mix inclusivo:
El objetivo de un producto o servicio universal es que resuelva con la misma eficacia la necesidad a todas las personas con independencia de sus capacidades físicas, cognitivas, sensoriales o alimentarias.
Para que esto quede garantizado han de cumplirse los 7 principios del diseño universal que desarrolló el equipo del arquitecto Ronald L. Mace en la Universidad de Carolina del Norte. Según esto, un producto diseñado para todos debe:
1. Poder ser usado por todos en igualdad de condiciones.
2. permitir un uso flexible por diferentes habilidades.
3. Requerir un uso fácil e intuitivo.
4. Ofrecer información perceptible y comprensible para todos.
5. Ser tolerante al error y al mal uso.
6. Exigir poco esfuerzo físico.
7. Tener tamaño y espacio adecuados para todos.